Recuerdo cuando solíamos pasar horas y días imaginando como serían nuestras vidas, teníamos tantas esperanzas de cumplir nuestros sueños... Eramos niñas y aún lo somos, pero ahora tenemos que actuar como grandes, porque el mundo nos ha caído encima. Caímos tantas veces y nos levantamos juntas, enfrentamos a todos y a todo. Bien, no lo logramos por completo y después de años de amistad sólo terminamos perdiéndonos en nuestros propios caminos en busca a la felicidad. Nos hemos equivocado tanto y me arrepiento de eso, pero ya es tarde, sólo hay que seguir adelante y no detenerse por más problemas que se presenten en el camino. Después de todo, la vida es solo un recorrido para caer y aprender de ello.
Acepto que cada día que pasa, continúo equivocándome, que muchas veces no me siento capaz para continuar y que desde que he perdido a las personas que me ayudaban, mi vida ha perdido el sentido. No culpo a nadie por los malos momentos que he vivido, porque de todos modos he sido yo la que he construido mi vida de esta manera, por eso acepto todo lo que venga y aún que no tenga a nadie, seguiré levantándome, hasta que no me queden fuerzas y mi corazón se vuelva frío y oscuro.
Si mis sueños son todo lo que me queda, lucharé por ellos.
Cuando mis manos dejen de tocar el suelo, me daré cuenta que he logrado levantarme una vez más.
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